TINTAS FLEXOGRAFICAS AL AGUA PARA LA IMPRESIÓN DE EMBALAJE FLEXIBLE: una opción para la optimización de recursos dentro de la economía circular

La economía circular se basa en una filosofía de optimización de los recursos desde el punto de vista económico y ecológico que se puede resumir en un concepto: SOSTENIBILIDAD.

En 2015 la Comisión Europea presentó un plan de acción para contribuir a acelerar la transición de Europa hacia una economía circular en cinco sectores prioritarios de trabajo, entre los que se encuentran “los plásticos”.

Con posterioridad, en 2018, la CE editó “Una estrategia europea para el plástico en una economía circular”. Según este documento, la demanda de plástico en Europa durante 2015 había sido de 49 millones de toneladas, de las cuales casi 4 millones se destinaron al embalaje flexible alimentario. Su alta presencia en el mercado hace que este sector se haya convertido en una de las dianas principales para la optimización de recursos dentro de la economía circular, tanto para los fabricantes de materias primas, pasando por los convertidores, los Brand-Owners y el consumidor final.

De la tríada de los principales componentes de un embalaje flexible, “sustrato, adhesivo, tinta”, las tintas no son el constituyente mayoritario en peso, lugar que le corresponde al sustrato, pero no por eso dejan de tener incidencia a la hora de diseñar un embalaje flexible teniendo en cuenta su sostenibilidad.

El ciclo de la economía circular, simplificado en el trío “fabricar, consumir, reciclar”, no es cerrado, sino que tiene entradas y salidas: La utilización de materias primas y energía y la generación de residuos.

Dentro de la estrategia de minimización de uso de materias primas así como de generación de residuos, la utilización de tintas al agua es una excelente alternativa frente a las tintas líquidas en base solvente, que se han utilizado tradicionalmente para la impresión tanto exterior como reversa de soportes plásticos como BOPP y PET destinados al embalaje flexible.

Las tintas flexográficas al agua, destinadas a la impresión reversa de films plásticos laminables, para la confección de embalaje flexible ya son una realidad. Quimovil las comercializa con el nombre LAMIN-FLEX. La utilización de las tintas LAMIN-FLEX permite, dentro de la filosofía de la economía circular, disminuir el consumo de recursos y reducir la emisión de residuos ya que:

  • El consumo de disolventes de procedencia fósil se reduce a menos del 5% del volumen de tintas
  • La emisión de COVs (compuestos orgánicos volátiles) a la atmósfera disminuye drásticamente
  • La huella de carbono (desde la cuna a la puerta) de las tintas al agua es entre 30 y 40 % más baja que la de las tintas al solvente

Paralelamente, el uso de tintas al agua permite mejorar las condiciones de trabajo, hace innecesaria la utilización de equipos industriales antideflagrantes y reduce la cuota de seguros anti-incendios. Desde el punto de vista industrial, el impresor detecta las siguientes mejoras de la tinta al agua respecto a una tinta al solvente:

  •   Mayor rendimiento de las tintas al agua, que puede oscilar entre un 20 y 30 %
  •   Menor deterioro de fotopolímeros
  •   Mayor estabilidad durante el proceso de impresión

Es importante incidir en el hecho de que hay aspectos dentro del proceso de impresión de las tintas al agua que necesitan ser adaptados para optimizar el funcionamiento de las tintas flexográficas al agua. Concretamente, la utilización de las tintas al agua requiere de algunas modificaciones en las impresoras en cuanto a aumentar los volúmenes de aire de los secadores si se quiere mantener la productividad y a la instalación de tratamientos corona en línea para asegurar una tensión superficial del soporte correcta.

Por supuesto, dentro de la definición de sostenibilidad hay que tener en cuenta también el factor económico, de gran importancia para el éxito de los nuevos proyectos. Para valorar el impacto económico que puede tener la utilización de tintas al agua respecto a tintas al solvente, hay que evaluar el proceso en su conjunto, analizando distintos factores como son las inversiones en equipos, sus costes de mantenimiento y el coste de las tintas entre otros.

Hay que destacar que las tintas flexográficas al agua LAMIN-FLEX han sido evaluadas de forma experimental confirmando su idoneidad desde el punto de vista de seguridad alimentaria para la impresión de embalajes alimentarios. Estas tintas ya están siendo utilizadas por varios convertidores en nuestro país que han comprobado que son una herramienta muy eficiente para mejorar la sostenibilidad de sus procesos.

Laura Pomés
Dirección Técnica de Quimóvil S.A.

  • Webgrafía:

https://ec.europa.eu/commission/priorities/jobs-growth-and-investment/towards-circular-economy_es
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=COM:2018:0028:FIN
• https://ceflex.eu/
• https://www.plasticsconverters.eu/
• https://www.packagingportal.eu/